La cara demacrada y sin maquillaje. El pelo desordenado y sin lavar. El gesto compungido y la mirada melancólica. La voz trémula, por momentos. Una mediocre puesta en escena que trató, sin lograrlo, de hacerla aparecer como la víctima de una situación de la cual es tan responsable, como lo fue de su secuestro.
No creo una palabra de lo que dijo Ingrid en su entrevista con Dario Arismendi en simultánea nacional y espacio Triple A en Caracol Radio y TV. No le puedo creer porque faltaron preguntas importantes y fue evidente el interés de Ingrid por desviar la entrevista hacia lo que pasó el día de su secuestro y no por hacer claridad sobre los detalles de su reclamación.
Lástima que Dario no le hubiera preguntado por los nombres de los “compañeros de secuestro” que según ella, le pidieron que los representará en su litigio contra el Estado. ¿Serán los mismos 23 a los que pidió citar como testigos de su infortunio, pero no incluyó como beneficiarios de su demanda a pesar de que compartieron con ella la misma tragedia? Sospecho que no existen. Creo que trata de desviar la atención hacia otras personas al percibir la indignación nacional por su intentona.
Lástima que no se le haya explicado a la gente en horario triple A, que la concertación es el primer paso ordenado por la Ley para una demanda contra el Estado como la que pretendió Ingrid y su familia. Lástima que Dario no le haya preguntado sobre cual salario calcularon el monto de la reparación que quería y que ahora dice era “una cifra absurda, pero simbólica” establecida sólo para “llamar la atención”.
Lo único positivo de la entrevista es el anuncio de Ingrid de que ya no demandará al Estado. Es decir, que no insistirá en la conciliación, y el arrepentimiento que dice sentir por haberla presentado. Ojalá cumpla.
Sigo pensando que todo este sainete forma parte de algo más grande, como la promoción de una película y/o un libro próximos a salir. O quizá el lanzamiento de una campaña política, aunque este episodio de la demanda parezca más un intento de suicidio político. Vaya uno a saber.