Brasil ríe esta noche

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Por: Jorge Hernán Peláez.–

La historia del deporte colombiano aumenta nuevamente un escalón al presentar por primera vez más de 140 deportistas para competir en los Juegos Olímpicos que se inauguran esta noche en el Estadio Maracaná de Río de Janeiro.

Hace dos años, en ese mismo escenario, James Rodríguez marcó tal vez el gol más significativo de nuestras participaciones en los mundiales de fútbol. El hoy volante del Real Madrid, disparó de manera magistral, luego de una asistencia de Abel Aguilar, dentro del arco de la selección de Uruguay. Ganar ese partido permitió a nuestro país clasificar por primera vez a la fase de cuartos de final de una Copa Mundo. 

Esta noche la bandera de Colombia, en manos de Yuri Alvear, ondeará nuevamente buscando hacer presencia en el máximo nivel deportivo del planeta.

En el vuelo que tomé para llegar ayer de Bogotá venían deportistas norteamericanos, tunecinos, dominicanos, argentinos y algunos colegas de la prensa colombiana. El punto de Bogotá sin escalas se convirtió en la antesala de una gran cantidad de deportistas de varias partes del mundo que se prepararon en Estados Unidos para competir. En todo el viaje, los diferentes deportistas se tomaban fotos, intercambiaban números para conectarse por Whatsapp y compartían historias de la larga preparación por la que algunos pasaron. No se sentía en ningún momento rivalidad sino más bien ambiente de celebración, algo que imaginaron los griegos cuando luchaban, corrían y competían en los primitivos escenarios de Olimpia en el Siglo VIII A.C.

Brasil vive un tenso ambiente político y social. El caso de la investigación a Dilma Rousseff ha dejado al Estado y en especial al congreso brasileño en la mira permanente de la crítica de la ciudadanía. En una reciente entrevista, Rousseff acusó a quien la reemplaza mientras avanza la investigación, Michel Temer: “El presidente interino no solo es un traidor, sino un usurpador”.

La izquierda que la apoya ha salido a las calles, aunque de una forma menos intensa que las protestas que tuvo en su contra mientras ejercía la presidencia. Seguro la presencia de los medios de comunicación internacionales y de miles de personalidades de la farándula mundial harán que exista un resurgimiento de los movimientos ciudadanos en favor y en contra que buscan visibilidad.  

Como si el panorama local no estuviera lo suficientemente turbulento, a estos problemas se le suma la amenaza del Estado Islámico que ha atemorizado a los grandes eventos multilaterales. Con la presencia de al menos 24 mandatarios esta noche en el Maracaná, el operativo de seguridad de ejército y policía es parecido al que pintan las películas de Hollywood cuando hay algo apocalíptico.

En las semanas previas a la llegada masiva de deportistas y periodistas, la policía capturó a supuestos integrantes de Isis, que realmente son jóvenes de bandas criminales de las favelas, subcontratados, para cometer cualquier acto terrorista posible. Un paquete sospechoso dentro de un maletín fue detonado controladamente por las autoridades el día de los ensayos de luces y música para la inauguración, en una de las taquillas externas al Maracaná. 

Otro de los lunares de la olimpíada es el escándalo del doping de algunos integrantes de la delegación rusa. Desde la rueda de prensa en marzo del presente año, en la que María Sharapova aceptó públicamente que estaba consumiendo Meldonium, hasta hoy, quedaron por fuera los grandes atletas de una de las potencias. La óptica occidental ha demostrado que el dopaje en Rusia es una política de Estado, en donde participaron decisores públicos que van más allá de los técnicos y médicos de los deportistas.

La discusión de Vladimir Putin es que es imposible que los únicos atletas de alto rendimiento que se doparon fueran los de su país, es decir, lo está intentando mostrar como persecución política internacional. Como siempre los juegos no logran desligar la política internacional. Brasil va a reír esta noche en medio de las dificultades.

Publicada primero en La República

 

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