Inversión en digitalización, infraestructura y seguridad claves para reactivación del turismo en Colombia

turismo de cercanías y al aire libre
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Bogotá .- La industria turística ha sido una de las más afectadas por la pandemia del COVID-19. Según informes de la CEPAL, la parálisis del sector desde marzo de 2019 no sólo ha afectado fuertemente a las economías y el empleo de los países de América Latina y el Caribe, sino también a muchas comunidades locales.

Colombia no solo no es la excepción, sino que está viendo una profunda transformación en los hábitos de consumo y preferencias de los turistas. Esto plantea nuevos desafíos a la industria turística, como lo confirma el “Análisis de Variación de Tarifas Hoteleras y de Aviación”, realizado por KPMG, donde se evidencia que en el 51% de los casos es más barato reservar una habitación a través de los canales directos del hotel, pero todavía los canales indirectos, sobre todo las agencias online de reservas juegan un papel fundamental en la consecución de la mejor tarifa para el cliente. Por otro lado, para el caso de los tiquetes, los canales indirectos son más económicos para la compra de tiquetes en 65% de los casos.

El estudio, que consolida datos clave acerca de las tarifas ofrecidas para 50 hoteles de 3, 4 y 5 estrellas en diferentes regiones del país, y estudia también las tarifas de tiquetes aéreos en aerolíneas tradicionales y low cost para canales directos e indirectos, deja como principales hallazgos que:

  • Los canales de comercialización indirectos como las agencias de viajes tradicionales (AAVV) y online (denominadas OTA por sus siglas en inglés – Online Travel Agencies), serán participantes activos y determinantes en la dinámica de recuperación del turismo en Colombia.
  • El canal indirecto marca la tendencia como canal preferido para encontrar tiquetes aéreos, sin embargo, para el caso de reserva de habitaciones de hotel, el canal directo ha retomado liderazgo respecto a precios económicos. Esto debido a que resultado de la contingencia presentada a partir del 2020, ha generado un desarrollo enfocado al fortalecimiento de canales propios o directos.
  • En la variación de las tarifas para canales indirectos como las OTA, sigue ofreciendo una oferta más diversificada y económica permitiendo también reservar con antelación o realizar cambios frente a las diferentes restricciones que se presentan desde las políticas de contingencia.
  • Hay fortalecimiento de oportunidades del “slow turismo”: viajes tranquilos, sin cumplir horarios y que conecten al viajero con el destino, además de micro vacaciones y espacios que permitan trabajar y viajar al mismo tiempo.
  • Es importante destacar la tendencia a destinos con actividades al aire libre (playa, parques naturales, etc.) y la más lenta recuperación de segmentos del negocio de turismo como el de negocios.

Durante la pandemia las distintas industrias se vieron obligadas a hacer inversiones en transformación digital. Esto para el sector hotelero y aéreo significa inversión en la comercialización directa y digital, y también en la digitalización de sus procesos. Considerando la presión impuesta por la parálisis del turismo, la capacidad de inversión se ha visto reducida, y aunque la digitalización de la industria creció, no lo ha hecho lo suficiente para liderar con claridad los canales de comercialización.

Eliseo Llamazares Villalba, Socio Líder de Aviación y Turismo LATAM en KPMG, resalta que es fundamental entender el turismo como una necesidad y no como un lujo. La pandemia y las estrictas restricciones sanitarias no hicieron que el turismo desapareciera, sino que más bien modificaron los hábitos y preferencias de los viajeros. Incluso se puede observar que, con las crecientes cargas laborales del trabajo en casa, el aumento del estrés y la extensión de las jornadas, el turismo adquiere más relevancia.

Llamazares también indica que la preocupación por la bioseguridad ha llevado a la industria a implementar prácticas que se mantendrán de ahora en adelante. Independientemente del avance de la vacunación y la reapertura de las fronteras en un escenario post pandemia, las medidas de bioseguridad como los pasaportes sanitarios, los protocolos aeroportuarios y otras tantas, se incorporarán a las buenas prácticas de los establecimientos y actores del turismo a nivel global.

Además, Llamazares llama la atención sobre la importancia del restablecimiento de la paz y la seguridad física en el territorio nacional. La inestabilidad social y la interrupción de la libre movilidad son impedimentos claros para la recuperación de la industria porque, “sin seguridad no hay turismo”.

Turismo de cercanías y al aire libre

Otra tendencia fundamental dentro de la industria turística en Colombia es la creciente preferencia por los destinos turísticos cercanos y por las actividades al aire libre. Los destinos naturales como playas, parques y reservas serán el centro de atención de los turistas en el futuro cercano.

Colombia tiene un enorme potencial gracias a la diversidad de ecosistemas, flora y fauna presentes en distintos destinos a nivel regional. Esta ventaja competitiva ha sido muy apreciada por los turistas internacionales, pero en este momento la oportunidad está en hacerla visible y atractiva para los viajeros nacionales. Por eso una de las claves de la reactivación de la industria está en el turismo interno.

En ese sentido, Llamazares enfatiza la necesidad de tener en cuenta un riesgo:  el deterioro de los ecosistemas por la creciente presión ejercida por el turismo. La industria turística, tanto por el lado público como por el privado, debe priorizar la inversión en infraestructura, de tal forma que los distintos destinos naturales estén preparados para afrontar la creciente demanda en aspectos como el consumo de agua y la gestión de residuos sin comprometer la riqueza del ecosistema.

En esencia, para la industria turística es fundamental priorizar, por un lado, la inversión en la digitalización comercial y de procesos, y por el otro, el desarrollo de infraestructuras que permitan a los destinos turísticos soportar la presión sobre los territorios y no ponerse en riesgo y asegurar su sostenibilidad. Finalmente, también el factor de seguridad, tanto física y de movilidad como la bioseguridad son factores esenciales para la recuperación de la industria turística en el corto y mediano plazo. 

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