La condena contra Epa Colombia, una decisión en la dirección correcta

Comparte:

Por: Ricardo Galán.-

En noviembre de 2019 se estrenó en Colombia la “Revolución Molecular Disipada” que consiste en agregarle fuertes dosis de violencia a la protesta callejera entre otros ingredientes. En las redes sociales se hizo viral un video en el cual una “celebridad” destruía una estación de Transmilenio e instigaba a seguir su ejemplo. Sin saberlo Epa Colombia aportó la prueba reina para su condena. Una decisión en la dirección correcta.

El escándalo fue inmediato. En redes sociales y medios de comunicación la comunidad exigió pronta y cumplida justicia.

En marzo de 2020, un Juez de Bogotá condenó a Epa Colombia a 3,5 años de cárcel, el pago de una multa de $ 25 millones y silenciar sus redes sociales durante el mismo tiempo.

Transmilenio, víctima del vandalismo de Epa Colombia y la Fiscalía apelaron la sentencia. A su juicio el Juez había excluido el delito de instigación al terrorismo también demostrado en el video.

Decisión en la dirección correcta

El Tribunal Superior de Bogotá aceptó los argumentos de la Fiscalía. Aumentó la condena contra Epa Colombia a 63 meses y 15 días de cárcel, una multa superior a $ 400 millones y silenciar sus redes sociales. Negó detención domiciliaria. Epa  Colombia grabó y publicó en sus redes sociales la prueba reina para su condena. Una decisión en la dirección correcta

La condena generó un debate entre quienes están de acuerdo y quienes la consideran exagerada. Una demostración del doble rasero que aplica la justicia colombiana al castigar a quienes violan la Ley.

Algunos comparan la sentencia contra Epa Colombia con terroristas que ocupan curules en el Congreso, políticos y contratistas que se ha enriquecido esquilmando al Estado sin pagar un día de cárcel. Piden el mismo tratamiento para Epa Colombia.

Olvidan que se trata de combatir la impunidad, no de estimularla. De buscar justicia igual para todos. Más allá de su estatus,  capacidad económica o influencia.

Señal correcta

La condena de Epa Colombia es la primera que se aplica por la destrucción de bienes públicos y privados desde que llegó a Colombia la Revolución Molecular Disipada de Chile, Perú, Bolivia y Ecuador.

Esperamos que responsables por delitos iguales o más graves, como el saqueo de almacenes y supermercados, el incendio de CAI, palacios de justicia y alcaldías reciban condenas similares o más severas.

También contra quienes bloquearon calles y carreteras. Causaron la muerte de bebés y motociclistas. Sabotearon el Plan Nacional de Vacunación y causaron desabastecimiento de alimentos y medicinas.

La señal que envía el Tribunal de Bogotá es que los bienes públicos y privados se respetan. Ojalá la sostenga por que es una decisión en la dirección correcta

Epa Colombia tiene un último chance para evadir la cárcel. Plantear un Recurso de Casación ante la Corte Suprema de Justicia.

Esperemos que la Corte Suprema confirme la decisión del Tribunal y siente el precedente de que destruir propiedad pública acarrea años de cárcel y pérdida de derechos políticos.

Una cosa es protestar y otra bien distinta destruir los bienes de todos y aterrorizar a la población por razones políticas.

Ojalá el caso de Epa Colombia sirva para que nuestro sistema judicial corrija el rumbo.

Comparte:

Deja una respuesta