#ModoPapa

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Por: Sandrá I Fuentes.–

Recibir al peregrino de esperanza y de paz es un privilegio que pocos países tienen, más aún cuando nos visita en un momento crucial donde los colombianos necesitamos de una mano amiga que nos impulse con su palabra y nos proporcione acompañamiento a “dar el primer paso” para construir una paz estable y duradera.

Dar el primer paso en palabras del Papa Francisco es “crear puentes, crear fraternidad, salir al encuentro del otro, extender la mano y darnos el signo de paz”. Esta definición evidencia que el mensaje que quiere compartir con nosotros en estos días de su visita está orientado a la acción. Este será un gran aporte porque nos animará a avanzar enseñándonos cómo superar las barreras que ha construido la desconfianza, nos indicará las formas para alcanzar la reconciliación y cómo propiciar diálogos para crear encuentros y nuevas formas de relacionarnos.

Desde su llegada, el Papa, incluso sin decir una sola palabra, ya nos daba ejemplo de acciones concretas de cómo relacionarnos con el otro, al acercarse a las personas con una sonrisa, con una actitud de acogida, dando prelación a los más vulnerables, estando siempre cercano, accesible y no blindado; sorprende con la sencillez. A este comportamiento ejemplarizante le sumamos que al hablar emplea un lenguaje sencillo, claro y concreto, con el cual tenemos la certeza de que su mensaje llegará al corazón y a la razón de muchos colombianos.

Su Santidad valora el trabajo que se ha hecho para conseguir la paz, y nos anima a continuar avanzado en el camino de la solidaridad, la dignidad humana y de la reconciliación. Él aceptó la invitación para venir Colombia y ya se encuentra entre nosotros; ahora él es quien nos invita a construir un país donde reine la armonía y la fraternidad. Para ello nos convoca a ser constructores de paz y de diálogo desde los roles que tenemos en los ámbitos personal, laboral y profesional; porque es en la cotidianidad donde se logra hacer grandes transformaciones.

Al terminar de escribir esta columna finalizaba el recibimiento del Papa en nuestro país, y en tan solo dos horas de contacto con nosotros ya había despertado júbilo y alegría, había recibido presentes como el de la ruana que lo cobijó en esta tarde bogotana, y así como espera que lo escuchemos con atención y desde el corazón, así lo hizo con un grupo de jóvenes en condiciones de vulnerabilidad que lo esperaba en la Nunciatura, a quienes les entregó el primer mensaje de su visita: “Muchas gracias por la alegría que tienen. Muchas gracias por el esfuerzo que han hecho. Muchas gracias por el camino que se han dignado a realizar y eso se llama heroísmo. Hasta los más chicos pueden ser héroes, y los más pobres. Vivieron engañados, se equivocan, se levantan, y son héroes, y van adelante. ¡Sigan adelante! ¡Sigan adelante así! ¡No se dejen vencer! ¡No se dejen engañar! No pierdan la alegría, no pierdan la esperanza, no pierdan la fe. Sigan así”.

Durante estos días de visita, nos aguardan aún muchos momentos de reflexión, oración y de encuentro que serán la siembra que debemos mantener viva, del dinamismo que está imprimiendo en nuestro país el Papa Francisco, para que perdure y se sostenga, con el compromiso de todos de avanzar con firmeza y constancia hacia la reconciliación y la solidaridad para construir un país donde quepamos todos y donde vivamos en paz.

Gracias, Papa Francisco, por estar en Colombia, por “traernos luz, traernos paz y traernos palabras de verdad”, por impulsar y guiar este primer paso.

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