La Federación Colombiana de Gestión Humana – ACRIP, a través de un comunicado de prensa, manifestó sus preocupaciones y se sumó a las voces de algunos sectores que coinciden en que la Ley de Reducción de Jornada Laboral, aprobada en días pasados por el Congreso de la República, llega en muy mal momento para el país, ya que como nación urge resolver otros temas como la reactivación económica, la alta informalidad y baja productividad del trabajo, y la mitigación de las altas tasas de desempleo, sobre los que esta ley puede tener un efecto contrario el pretendido.
Según lo afirmó la Federación -que reúne a líderes y directivos de gestión humana de las empresas más destacadas del país- la iniciativa, aunque parte de una noble intención de brindarles calidad de vida a los empleados, desconoce la realidad del sector empresarial en Colombia y pone en riesgo su sostenibilidad productiva.
“Esta ley que disminuye la jornada laboral legal de 48 horas semanales a 42, es inconveniente; ya que, en contravía de sus intenciones, conlleva el riesgo de perjudicar el mercado laboral en general al desincentivar la formalización del trabajo y poner en una encrucijada financiera a las empresas, sobre todo a las pymes, a las que con mucho esfuerzo tomará más tiempo recuperarse de la crisis producida por la pandemia y los paros”, afirmó Gladys Vega, Presidente de la Federación Colombiana de Gestión Humana – ACRIP.
Para la Federación, esta ley se basa en un principio de la Gestión Humana que relaciona la mejor calidad de vida de los trabajadores con una mayor productividad por motivación. Algo que, aunque aplicable bajo ciertos contextos, no funciona como una regla de tres, y sobre lo cual deben sobreponerse otros contextos como las brechas de formación, los efectos de la pandemia y los paros, y los ya altos costos para las empresas del empleo formal.
Según lo afirma el gremio de Gestión Humana, es claro que la disminución de jornada laboral parte de una buena intención de mejorar el balance de vida de los trabajadores del país; sin embargo resulta contraproducente que esta fuera aprobada en un contexto que le está representando tantos desafíos a las organizaciones, en especial a las PYMEs. Lo mejor que pueden hacer las organizaciones por sus empleados es ser sostenibles en el tiempo, ya que si no hay empresa, no hay empleo.
“Independientemente de su gradualidad, es necesario dar un mayor compás de recuperación al empresariado del país, los impactos de la pandemia y los paros ya son muy complejos, y debemos es buscar soluciones que incentiven el crecimiento y sostenibilidad de las empresas, y que por tanto aumenten los empleos de calidad. No aumentar los costos y hacer más difícil hacer empresa, de lo que ya es. Por otro lado las grandes problemáticas del país en materia laboral están en las brechas de formación para el empleo, salarios, la gran cantidad de festivos, días no laborales, etc… temas que deben tenerse en cuenta a la hora de lanzar una propuesta de tanto impacto como esta, donde además se deberían considerar normativas diferenciadas para las miPYMEs y emprendimientos”, señala Vega.
Ya aprobada la Ley, la Federación Colombiana de Gestión Humana solicita al Ministerio de Trabajo que convoquen a expertos de talento Humano en su proceso de reglamentación, de tal manera que esta no quede con vacíos que lleven a organizaciones y a todas las partes a tener inadecuadas interpretaciones sobre la ejecución de la misma.
Según Gladys Vega, “también es cierto que esto representará un reto para todas las organizaciones, ya que debemos ajustarnos a esta nueva realidad, y encontrar nuevas y mejores alternativas. Tendremos que aprender de algunas organizaciones que ya iniciaron este camino proactivamente y que dentro de sus acuerdos organizacionales tienen contemplados estas jornadas reducidas. Este proceso de adaptación y ejecución será diferente de industria a industria, solo el tiempo nos podrá demostrar el impacto real en términos de gastos empresariales, aumento de productividad y movimiento en las tasas de desempleo”.
Por último, la Federación Colombiana de Gestión Humana destaca que más que esta legislación sobre un tema tan específico como la reducción de jornada, el país está en mora de llevar a cabo una reforma laboral integral y profunda, que lo alinee con las nuevas tendencias y condiciones del mercado global, y de esta forma lo habiliten para su desarrollo.