Apuntadores
Ayer no hice programa porque tenía exámenes médicos. Me sacan de la rutina y me quitan tiempo de producción. Luego asistí a una rueda de prensa del sector eléctrico en Colombia. Intenté transmitirla, pero hubo problemas de audio. Y menos mal, porque eso me permitió concentrarme en lo que realmente importa. Los subsidios a la energía en Colombia.
Si uno conecta los puntos, como decía Steve Jobs, se da cuenta de que el problema de los subsidios energéticos es más grande de lo que parece.
Desde que inició el gobierno de Gustavo Petro, una de sus decisiones más controvertidas fue prohibir la exploración y explotación de nuevos yacimientos de petróleo y gas. El sector advirtió que esto llevaría al desabastecimiento y la necesidad de importar gas, lo que incrementaría los costos. Y eso es exactamente lo que está ocurriendo.
Hoy, Colombia importa gas a precios más altos, lo que impacta directamente las tarifas. Empresas de servicios han anunciado alzas del 36% en las facturas de gas en ciudades como Bogotá, mientras que el gobierno evade su responsabilidad y busca culpables en el sector privado. Pero el problema es político y estructural.
El propio presidente Petro, en el reciente Consejo de Ministros, dejó claro su descontento con los subsidios: “El subsidio es un invento neoliberal para dar limosna al pobre”. Y Gustavo Bólívar, director del DAPRE, lo confirmó: el plan es eliminar los subsidios y reemplazarlos por créditos. Es decir, en lugar de recibir ayuda estatal, los ciudadanos tendrán que endeudarse para pagar servicios esenciales.
El problema no es eliminar los subsidios, sino la falta de claridad del gobierno sobre esta decisión. Si el objetivo es desmontarlos, deberían decirlo de frente, explicar cómo lo harán y en qué plazos. Pero en lugar de eso, la estrategia parece ser dejar de pagar los subsidios hasta que las empresas no puedan seguir otorgándolos, haciendo que el usuario asuma el golpe.
Mientras tanto, el sistema energético también enfrenta otra amenaza: la falta de inversión en generación de energía. Empresas del sector alertan que, de seguir así, podría haber apagones en 2026. Con menos energía disponible y subsidios eliminados, el resultado será una crisis tarifaria sin precedentes.
La pregunta clave que el gobierno debe responder es: ¿Van a eliminar los subsidios a la energía? Sí o no. Y si la respuesta es sí, ¿cómo lo harán? Porque el peor escenario es seguir negándolo mientras las tarifas siguen subiendo y los colombianos pagan las consecuencias de decisiones políticas que no han sido explicadas con transparencia.
Feliz fin de semana,