Científicos identifican grado de erotismo de distintas partes del cuerpo

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Las orejas y las manos son más erógenas en hombres que en mujeres

¿Por qué una caricia en el cuello resulta sexy y en la nariz no provoca nada? ¿Y por qué los hombres parecen tener menos zonas erógenas que las mujeres? El cerebro, y la forma en que allí se organizan las zonas erógenas, intrigan a los científicos desde hace décadas. Ahora, un nuevo estudio evaluó el grado de erotismo de distintas áreas del cuerpo. Para hacerlo, se les pidió a hombres y mujeres que clasificaran zonas del cuerpo en términos de placer y algunos de los resultados sorprendieron a los neurocientíficos.

La investigación, un proyecto conjunto entre dos universidades británicas y una de Sudáfrica, está catalogado como el “primer estudio sistemático sobre la magnitud de las sensaciones eróticas provenientes de distintas partes del cuerpo”. La mayor sorpresa fue probablemente que las 800 personas que participaron del estudio no consideraron sexualmente atractivos a sus pies. Tres cuartas partes les pusieron la calificación cero, la más baja –junto con las rodillas– algo que podría decepcionar a quienes invirtieron e invierten tiempo y energía en desarrollar técnicas para masajear los pies y succionar los dedos.

El hecho de que las personas posicionaran tan bajo a los pies parece echar completamente por tierra las explicaciones anteriores sobre la distribución de las zonas erógenas. En ellas se sugería que los receptores de nuestro cerebro que se ocupan de los pies estaban justo al lado de los receptores a cargo de los genitales.

Otra sorpresa fue la constancia de las respuestas. “Muchos suponen que los cuerpos de las mujeres están repletos de zonas erógenas y que los hombres tienen solamente una, la obvia”, dijo el profesor Oliver Turnbull de la Facultad de Psicología de la Universidad de Bangor, que encabezó el estudio y trabajó junto con científicos de la Universidad de Witwatersrand en Johannesburgo.

“Pero claramente no es así”, dijo Turnbull. “Es parejo, con apenas una modesta ventaja quizá para las mujeres –pero ciertamente no en la medida en que han llegado a exagerarse las diferencias entre los sexos”. Los científicos también se sorprendieron al ver que hubo un “nivel notable de correlación” entre las calificaciones de todas las personas que respondieron, sin importar edad, género, orientación sexual o nacionalidad. Hombres y mujeres enumeraron las 41 partes del cuerpo que se les pidió que calificaran en un orden notablemente similar.

Las partes obvias de los genitales ocuparon el primer puesto en la clasificación, al igual que los labios, las orejas y la parte interior de los muslos, seguidos de cerca por los omóplatos.

Hubo algunas diferencias importantes entre los sexos: la parte posterior de la pierna prácticamente no fue reconocida por las mujeres, por ejemplo, mientras que los hombres la consideraron tan importante como sus orejas. Las manos también fueron más eróticas para los hombres que para las mujeres.

“A partir de esto, hemos descubierto que todos compartimos las mismas zonas erógenas, ya se trate de una mujer blanca de cuarenta años sentada en una oficina de Londres como de un hombre gay que vive en una aldea de África.Es algo que tenemos incorporado, que no se basa en la experiencia cultural o de vida”, dijo Turnbull.

 

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