
En una decisión unánime, la Junta Directiva del Banco de la República redujo en abril la tasa de política monetaria en 25 puntos básicos, ubicándola en 9,25%. El banco central destacó que la inflación anual bajó de 5,3% a 5,1% en marzo y que la inflación sin alimentos ni regulados continuó descendiendo, situándose en 4,8%.
Alejandro Reyes, economista principal de BBVA Research, resaltó que esta votación unánime representa un cambio importante frente a reuniones previas, donde existían posturas divididas. Para Reyes, el consenso actual podría interpretarse como una señal de confianza en que el ciclo de reducción de tasas ha sido retomado de manera gradual.
El banco proyecta un crecimiento económico de 2,5% para el primer trimestre de 2025, con estimaciones de 2,6% para todo 2025 y 3,0% para 2026. Sin embargo, Reyes advierte que, pese a la reducción de tasas, el entorno sigue marcado por alta incertidumbre, especialmente por los riesgos fiscales que enfrenta el país.
“El ajuste en el balance entre inflación y crecimiento sugiere que el Banco de la República está menos preocupado por la inflación y más dispuesto a apoyar la actividad económica”, explicó Reyes. No obstante, recordó que las decisiones futuras dependerán de los datos que lleguen, especialmente en materia fiscal.
Reyes subrayó que, de no contenerse los riesgos fiscales, existe la posibilidad de que Colombia cierre este ciclo de recortes con una tasa natural más elevada que lo anticipado históricamente.
“Aunque coincidimos con el gerente del Emisor en que las tasas tenderán a ser menores en los próximos meses, el ritmo de las rebajas dependerá de la evolución de los riesgos internos y externos”, puntualizó.
La decisión del Banco de la República refleja, en palabras del experto, la necesidad de estimular la inversión y apoyar la recuperación económica. Pero advierte: sin avances concretos en el frente fiscal, la política monetaria podría tener límites claros para sostener el crecimiento a mediano plazo.