
Sergio Fajardo oficializó su aspiración a la Presidencia de Colombia prometiendo una forma distinta de hacer política.
Bogotá, 20 de julio de 2025.- En un día cargado de simbolismo patrio, Sergio Fajardo oficializó su candidatura a la Presidencia de Colombia.
En una extensa entrevista con Libreta de Apuntes y la Alianza de Medios a sus 69 años y con la experiencia de haber sido alcalde de Medellín, gobernador de Antioquia y dos veces candidato presidencial, Fajardo afirma estar listo para gobernar y “sacar adelante un país que se encuentra agobiado por la inseguridad, la polarización y la corrupción”.
“Yo nací privilegiado, pero desde joven entendí que el lugar donde uno nace no puede definir su destino. Por eso entré a la política desde la educación, convencido de que se puede transformar esta sociedad desde el conocimiento”, explicó Fajardo al recordar su origen académico como matemático y profesor universitario.
Durante la conversación, hizo una dura crítica a la manera como se ha gobernado Colombia en los últimos años, refiriéndose al gobierno Petro como un ejemplo de improvisación, división y promesas rotas. “El presidente no gobierna. Se dedica a crear cortinas de humo mientras el país se deteriora en seguridad, salud, institucionalidad y confianza”, afirmó.
Fajardo reconoció que el país enfrenta múltiples crisis —desde la expansión del crimen organizado hasta un sistema de salud colapsado—, pero aseguró que no está en ruinas y que con liderazgo honesto y técnico se pueden recuperar las instituciones. Su fórmula: equipos con experiencia, respeto por la diferencia, método, disciplina y transparencia.
“Podemos ser diferentes sin ser enemigos”, recalcó, al señalar que Colombia necesita un gran proyecto de unidad nacional y cultura ciudadana para superar la polarización que hoy impide incluso hablar de política en familia.
En materia de seguridad, propuso reforzar la fuerza pública, recuperar el control territorial, enfrentar la extorsión —que ya domina la vida en cientos de municipios— y restablecer la moral institucional.
En salud, prometió ordenar las finanzas, sanear las deudas y garantizar atención oportuna y digna. También defendió la exploración responsable de petróleo y gas como fuentes de financiamiento social, y la necesidad de reactivar proyectos energéticos paralizados por falta de gestión.
Sobre la gobernabilidad, respondió sin rodeos: “No tengo una mayoría en el Congreso ni voy a comprarla. Vamos a cambiar la cancha, trabajar con todos los congresistas que estén dispuestos a construir con transparencia. Así lo hice en Medellín y Antioquia, y funcionó”.
Finalmente, defendió con orgullo su etiqueta de “tibio” y su insistencia en el respeto, la decencia y el rechazo a los insultos como forma de hacer política. “Si yo hubiera querido negociar, ya sería expresidente. Pero prefiero perder a ganar haciendo trampa”, sentenció.
El Fajardo de 2025 se muestra renovado, más directo, con presencia activa en redes sociales y decidido a corregir errores del pasado. “Colombia no tiene que resignarse a los extremos. Esta vez vamos a ganar y vamos a gobernar bien”, concluyó.