Por: Alberto Díaz.–
Partido complicado y sufrido, del calor al frío, de la alegría a la ansiedad. El triplete de RANGOL no oculta la falta de consistencia y contundencia en el juego. Millonarios desaprovechó el momento inicial cuando estuvo en ventaja de dos goles gracias a la oportunidad de su delantero. Un penal dudoso marcaría el descuento patriota.
Para el segundo tiempo, el rival se vino encima, con tenencia de balón y presión arriba. El cuadro azul no se encontraba en la cancha, los volantes Vargas y Robayo imprecisos, Candelo genial, Nuñez oportuno, la defensa regular y sin reacción, a Silva y Rendón les falta confianza y demostrar más nivel. La noche fue amenizada por el «clown» uruguayo Ramírez. Sobre el final del partido, angustia sin necesidad.
El equipo azul debe mejorar en todas sus líneas, no regalar la tenencia del balón, trabajar los centros cruzados y rechazos en defensa. Tres puntos que sirven pero queda el amargo sabor de una presentación apenas regular. Habrá que buscar el resultado con el Cortuluá y seguir sumando.
Si se confirma la partida de Román Torres quedamos desprotegidos atrás, ojala y no sea para lamentar en el futuro.
Albiazul saludo.