Bogotá.- Muchas de las afirmaciones que se dan por sentadas sobre la alimentación y la digestión podrían ser ideas sin fundamento.
Otto Calderón, médico gastroenterólogo adscrito a Colsanitas, explica los mitos sobre la digestión para tener en cuenta.
Comer de pie facilita el aumento de peso. Falso.
Si bien esta teoría es falsa, no es recomendable comer de pie o caminando.
La digestión se verá afectada pues el flujo sanguíneo no estará ocupado en la zona abdominal procesando los alimentos como debería, sino que tiene que redistribuirse a las piernas también.
Tampoco se debe comer acostado. Puede inducir al reflujo gastroesofágico.
“Cuando uno está en una posición donde el estómago está a una altura muy cercana a la boca, se pierde la fuerza de gravedad, que ayuda a que los alimentos se transporten”, señala.
¿Es beneficioso hacer la siesta? Verdadero.
“Además de que la actividad sanguínea se concentra en el estómago, lo que mejora la digestión, la siesta tiene una repercusión en el desempeño del resto del día”.
Al tomar la siesta, se reducen los niveles de adenosina (que es un estimulante respiratorio) y sus efectos, por lo que aumentará la sensación de energía y ayuda a minimizar la somnolencia que se produce después de comer.
El estómago se agranda al comer más. Falso parcialmente.
El estómago es un órgano elástico. Cuando entra la comida se distiende para hacer espacio a lo que ingrese.
Sin embargo, no cambia su tamaño original por más que las personas ingieran grandes cantidades de alimentos todos los días.
Lo que sí sucede “es que el estómago pierde el control de la saciedad, que está mediado por el sistema nervioso, lo que le impide saber cuándo está lleno”.
Al comer rápido la comida nutre menos, Verdadero.
Cuando las personas pasan la comida por la boca sin desintegrarla lo suficiente, a través de la saliva y la masticación, es posible que se cuelen pedazos demasiado grandes o compactos, lo que dificulta el trabajo del estómago.
Adicionalmente, se disminuye la exposición del bolo alimenticio con las enzimas digestivas, que colaboran en la absorción de nutrientes.
“Cuando se come tranquilo, sin distracciones de ningún tipo y concentrándose en los alimentos y en la masticación pausada, la digestión se hace mejor y el estómago percibe la sensación de llenura a medida que vamos ingiriendo los alimentos, lo que evita que comamos de más”.
Lo más recomendable es dedicarles a las comidas entre 20 o 30 minutos, intentar masticar cada bocado hasta que el alimento se encuentre bien triturado y evitando el uso de dispositivos electrónicos.
Debemos comer tres veces al día. Falso parcialmente.
Aunque no tiene nada de malo comer tres veces al día, comer 5 veces ayuda a mantener la glucosa en niveles óptimos todo el tiempo lo que sirve de energía para el cerebro.
En cuanto a horarios, no existen unas horas mejores que otras para comer.
Lo importante es evitar comer en abundancia muy tarde en la noche.
El sistema digestivo no es tan eficiente a esa hora.
Trate de no saltarse alguna comida, sobre todo el desayuno.
Procure que las porciones sean moderadas de acuerdo con el peso y la edad.
El orden del menú afecta el producto. Falso parcialmente.
Cuando tenemos una comida completa constituida de verdura, plato fuerte y el postre, resulta necesario privilegiar primero la ingesta de verduras porque poseen más fibra, lo que aumenta la sensación de llenura.
En segundo lugar, siendo el postre un plato con alto contenido en azúcar no se considera una parte fundamental de una dieta balanceada.
Los jugos preparados a base de frutas naturales usuales para acompañar el menú aportan demasiadas calorías vacías.
En su lugar es mejor tomar agua, infusiones aromáticas o café sin azúcar.