Una propuesta audaz

Rafael Pardo Rueda, sin debido poroceso
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Por: Rafael Pardo Rueda

La semana pasada el comisionado de paz planteó una fórmula muy peculiar. Una desmovilización individual dirigida a los denominados grupos armados organizados (Gaos). Los beneficios planteados se aplicarían a miembros de todos los grupos armados —Clan del Golfo, grupos de origen paramilitar, Eln y disidencias de las Farc, entre otros—.

No quedó claro los individuos pertenecientes a los Gaos que quieran pasar a la legalidad, ante quién deben manifestar su interés, ¿ante la Fiscalía? Lo que sí se entiende es que tendrán beneficios de salud, educación y remuneración por 500.000 pesos mensuales hasta por 7 años. Más que un desempleado o que aquellas familias que son objeto de la Renta Básica. Las potenciales víctimas, es increíble, no están consideradas en el proyecto de ley o decreto.

El propósito de reincorporar a los grupos armados ilegales es correcto. Sin embargo, persigue objetivos no siempre iguales. La diferencia es que las desmovilizaciones colectivas empiezan con la cúpula de organizaciones al margen de la Ley y las desmovilizaciones individuales buscan desarticular a estos grupos desde su base, ofreciendo a sus miembros la oportunidad de acceder a beneficios procesales, sociales y económicos a cambio de su entrega y colaboración con las autoridades. A la que se refiere el comisionado es a la individual.

Cada vez confirmo que una negociación con el Eln no sería suficiente para pacificar las regiones de Colombia. Se requiere una negociación ampliada a todos los grupos al margen de la Ley. El Eln es el único que mantiene una rebeldía. Aunque cada vez está más metido en narcotráfico.

¿Y por qué no funcionaría solo con el Eln? Me explico: porque comparte los mismos territorios con otros grupos en una especie de política de pactos.

Una propuesta integral a todos los grupos es, sin duda, la salida. Teniendo en cuenta que el Eln debería ir paralelamente por una negociación distinta.

Esbozo a modo de borrador una propuesta para todos los grupos, incompleta, sin ánimo de que sea definitiva.

Se podría ofrecer un indulto condicionado, por una única vez, tal vez por un año, a todos los grupos que se acojan. Las conductas que cometen los integrantes de los Gaos se asimilarían al concepto de sedición. El indulto condicionado, a diferencia del paso por la Fiscalía, es para simplificar los trámites. Sin embargo, la ley 1908 de 2018 está vigente para desmovilizaciones colectivas.

¿Condicionado a qué? En primer lugar, a la manifestación de que quieran adelantar la iniciativa, por escrito, por el jefe o delegados del grupo y autorizada por el Consejo de Seguridad Nacional. Este deberá designar a las personas para adelantar los contactos una vez que cada representante del grupo presente un listado de los integrantes que se espera que se acojan. Así como lo hicieron las Farc, el M-19 y el Epl en su momento.

Segundo, y lo más importante, establecer el compromiso de creación de un fondo para reparar a las víctimas. Diferente para cada grupo. Tomando como modelo lo que se hizo con las Farc. Para el Clan de Golfo, considerando que en las Farc los desmovilizados fueron 13.000 más o menos y que el Clan puede llegar a 2.500 hombres, la suma sería de 200 millones de dólares. El resto de grupos tendrían una tarifa de 100 millones de dólares, cada uno. Es obvio suponer que tienen excedentes de sobra quienes se dedican al narcotráfico. Es condición entregar a todos los menores que tengan en sus agrupaciones. Y, adicionalmente, deberán devolver todos los bienes muebles e inmuebles y que la Dian sea la encargada de rastrear el lavado de activos.

Tercero, cualquier omisión en la información sobre conductas individuales referente a posibles crímenes deberá ser sancionada con el doble de pena. Además de perder los beneficios (el indulto) y sus derechos políticos (a elegir y ser elegido) de por vida.

Queda abierto el debate 

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