“Si la guerra es buen negocio, invierte a tus hijos”

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Por: Andrés Felipe Castañeda.–
Zuluaga no quiere la paz. Dice que la quiere pero miente descaradamente. Pretende imponerle unas condiciones a la guerrilla que de antemano sabe que no aceptarán para poder decir algo como “¿Si ve? yo quería pero las Farc no” y de esa manera continuar con un conflicto armado que ya completó cincuenta años de cobrar vidas.
Zuluaga es el candidato a la presidencia de una ultraderecha cuya cara más visible es la del expresidente Uribe pero que tras bambalinas oculta muchos otros personajes de oscuras intenciones que han movido los perversos hilos de la guerra porque de ella viven. A ellos no les interesa la paz porque la guerra es el estatus político perfecto para incrementar sus riquezas y perpetuar sus intereses económicos.
La ultraderecha no quiere a paz porque siente una fascinación aberrante por la guerra. Son fascistas, aunque se diga que se exagera al afirmar tal cosa. Y no les interesa la impunidad, ni las víctimas, solo les interesa la venganza, el aniquilamiento de sus enemigos para satisfacer sus ímpetus y sus odios. Uribe ha comprendido la efectividad del miedo para manipular electores a su favor y ha logrado crear un lenguaje lleno de falacias en el que afirma que en La Habana se está entregando el país a las Farc o al “castro-chavismo”, e, incluso, sin ninguna vergüenza, se ha atrevido a calificar a Juan Manuel Santos de comunista, de, precisamente, ser “castro-chavista”. ¡Por favor! No hay una sola política económica de Santos que no haya heredado del gobierno de Uribe. La megaminería que asesina impunemente el medio ambiente y afecta directamente a comunidades indígenas y afrodescendientes es la muestra más clara de ello. Uribe le entregó el país a las multinacionales bajo el sofisma de la confianza inversionista y otro tanto ha hecho Santos con su mentirosa prosperidad para todos.
La verdad es que el panorama hoy es más turbio que hace cuatro años. Hoy muchos tienen (tenemos) miedo a seguir inmersos en un conflicto que no tiene sentido alguno. Con Zuluaga en la presidencia y Uribe mandando en la sombra no solo se recrudecería el conflicto interno -que ellos se han empeñado en negar desde siempre-, también peligraría la estabilidad de las relaciones con Nicaragua y Venezuela.
Quieren hacer la guerra cómodamente, disponiendo de los hijos de otros, generando una ruptura abominable de sus sueños y mandándolos al frente de batalla a combatir en una guerra que no entienden para regresarlos en ataúdes cubiertos con banderas, convertidos a la fuerza en “Héroes de la Patria”. Héroes que no hubieran querido serlo. Qué fácil les resultará a ellos hacer la guerra en nombre de la paz.
En momentos así la música funge como un paliativo. Y también para comprender que las preocupaciones han sido siempre las mismas.
Uno de los valores inalienables del Rock es su capacidad para romper el silencio cuando por miedo la sociedad calla. Fue así en los años 50 cuando se atrevió a manifestarse en contra del racismo y en los 60, cuando se contrapuso a la guerra de Vietnam.
En Colombia, la cosa no fue distinta. Ya en 1968, como previendo la tragedia que supondría la guerra fratricida, The Speakers, la banda bogotana de Rock por excelencia, lanzó la canción Si la guerra es buen negocio, invierte a tus hijos, que era la pista 4 de su LP En el maravilloso mundo de Ingesón. La canción dura poco más de dos minutos y es un desgarrador himno anti-guerra acorde con el espíritu pacifista de los 60.
Pero tendrá vigencia siempre que existan quienes quieran hacer la guerra a costa del sufrimiento de otros. “Si la guerra es buen negocio invierte a tus hijos/ llévalos al frente a asesinar a sus hermanos/ con una medalla te podrás lavar las manos/ y muy orgulloso le dirás tus gusanos (…) Si la guerra es buen negocio invierte a tus hijos/ háblales del odio que tú llevas escondido/ ¿Hasta cuándo seguirás siendo tan estúpido?/ Con tu forma de pensar, paz no habrá en el mundo”.
NOTA: Yopal completa 3 años sin agua potable. ¿Será que para el Procurador General, excelentísimo doctor Alejandro Ordóñez, eso no es una emergencia sanitaria que pone en alto riesgo la salud humana?
@acastanedamunoz

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