Uribismo sin Uribe

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Cuando todo el mundo apostaba a que una vez Alvaro Uribe quedara fuera de la competencia por la Presidencia se desplomaría la votación de los Partidos su Coalición, ocurrió todo lo contrario. Sumados alcanzaron casi 7 millones de votos. Una cifra mayor inclusive a las logradas por el propio Uribe en sus dos campañas.

El resultado de las elecciones coincide con las encuestas de intención de voto divulgadas a granel esta semana en las cuales es claro que la gente quiere votar la continuidad en las políticas que defiende el uribismo.

En un foro en la Universidad Javeriana esta semana, María Jimena Dussán y Rodrigo Pardo coincidieron en decir que los colombianos escogerán Presidente entre los dos matices del Uribismo que representan Juan Manuel Santos y Noemí Sanín quienes están al frente de todas las encuestas. Como quien dice que tendremos uribismo para rato porque los Partidos de Oposición se ven cada día más reducidos. El Liberalismo ya cayó al margen de error y el Polo quedó frenado en 6 puntos.

La opción independiente de los verdes, con Antanas Mockus a la cabeza, está capitalizando la desbandada de los inconformes y fajardistas que perdieron toda esperanza. Germán Vargas, el otro uribista, sigue cortejando al Partido Liberal aunque no queda claro para que si, sumados los dos partidos, no superan el 12% en la intención de voto.

El problema del uribismo es que sus votos están dispersos y la oposición tratará por todos los medios de que sigan así, por lo menos hasta la primera vuelta. Al escoger a Noemí Sanín como su candidata oficial, la mitad mayoritaria del Partido Conservador escogió la opción de retirarse de la coalición de Gobierno para irse sola a buscar la Presidencia. Aspiración legítima por supuesto, pero que no corresponde con la realidad actual, ni con la realidad histórica del Partido. Los conservadores nunca han podido llegar solos a la Presidencia, ni siquiera cuando están unidos.

Y ahora no lo están. El Partido Conservador quedó dividido de hecho porque la mitad que perdió no está interesada en apoyar la candidatura oficial, como lo demuestra el texto de esta valla móvil que anda dando vueltas por Internet y las calles de Bogotá.

Ese hecho deja a Juan Manuel Santos con el camino despejado para recoger a la otra mitad del Partido Conservador que, al votar por Andrés Arias quería la permanencia del conservatismo en la coalición de Gobierno. Postura a la que hace rato renunció Noemí. Esa mitad del conservatismo entiende que una vez fuera del Gobierno y del uribismo se reduce dramáticamente su posibilidad de permanecer en el poder. Pues Santos muy seguramente buscará apoyo en otros sectores como Cambio Radical y el propio Partido Liberal.

El ex embajador, Carlos Rodado encabeza una corriente de importantes líderes conservadores que apoyará a Santos con o sin la bendición de las Directivas del Partido Conservador. Ellos no ven en Noemí Sanín la garantía de continuidad que quieren. Al contrario la ven cada día más en la orilla de la oposición que en la del Gobierno así ella se proclame todo el tiempo como defensora incondicional de la Seguridad Democrática.

Muchas cosas van a pasar de aquí a la primera vuelta. Entre ellas, el fortalecimiento del “Uribismo sin Uribe”; la hecatombe del Partido Liberal, con o sin el refuerzo de Cambio Radical; el crecimiento de Mockus y los verdes y retiro del Gobierno y de la coalición del sector conservador de Andrés Pastrana, Juan Gabriel Uribe y Noemí Sanín.

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