
Por Alejandro Reyes González
Hace unos 15 días se publicaba la encuesta de expectativas de analistas realizada por BanRep, en ella una mayoría significativa esperaba una reducción de 25pb en la tasa de interés de política monetaria en marzo. El pasado 31 de marzo, la Junta decidió mantener las tasas estables, entonces ¿qué pasó?
La situación tiene más fondo de lo que se alcanza a ver o se ha dicho por parte de la opinión pública. Algunos atribuyen la situación al aumento de la inflación y los riesgos inflacionarios.
Otros a que la economía va recuperando fuerza con un mercado laboral poco holgado. Incluso algunos, más atinados, mencionan las dificultades fiscales como una fuente de presión para la política monetaria.
Si bien todos están en lo correcto y son factores importantes, la inflación básica se ha moderado un poco, la actividad presenta retos significativos en sectores muy sensibles a la tasa de interés, como la construcción, y los datos fiscales si bien no son favorables, tampoco son novedad, ya teníamos unos meses con esta historia.
Por el contrario, la tasa de cambio se apreció y el escenario externo se ha inclinado ligeramente hacia una posible postura menos restrictiva de la FED.
Entonces, el trasfondo que hace de esta decisión del pasado 31 de marzo una de las más importantes en muchos años de hacerle seguimiento a BanRep, es que el Banco con su decisión sentó un precedente irrefutable de su alta capacidad técnica, de su independencia y haciéndolo fortaleció la convicción en la institucionalidad económica del país.
Esto puede sonar a retórica para muchos, pero en el mundo actual, estos atributos hacen la diferencia y permiten que la prudencia económica le de una mayor oportunidad a que la economía siga transitando hacia su recuperación.
Sí, suena paradójico, pero una postura más acomodaticia en este momento pudo haber abierto la puerta a una mayor volatilidad e incertidumbre en los mercados de capitales, en las decisiones de inversión y en la recuperación económica.
Sí, la mayoría de analistas a mediados de marzo veíamos el escenario cerca de una rebaja de tasas, aunque poco a poco se fue diluyendo, pero esta postura de la Junta, a pesar de ser una sorpresa, es una muy bienvenida, que incluso en el corto plazo ha cosechado réditos con una apreciación del peso y reducción en las tasas de los TES, pero que tendrá mayor valor en el mediano plazo en la medida que afiance la confianza de los inversionistas y de la economía como un todo.