
El regreso masivo de colombianos deportados desde Estados Unidos ya no es una posibilidad, es una realidad.
El regreso masivo de colombianos deportados desde Estados Unidos ya no es una posibilidad, es una realidad.
En las últimas dos semanas, más de 400 personas han sido repatriadas, y esta cifra seguirá creciendo en los próximos meses. Mientras México, El Salvador, Honduras y Guatemala han implementado estrategias para la reinserción de sus ciudadanos deportados, en Colombia la situación es distinta.
Aquí, el plan parece ser: Bienvenido, mire a ver qué hace.
A diferencia de México, que ha creado un programa con más de 30.000 oportunidades de empleo para quienes regresan, en Colombia los deportados bajan del avión, presentan documentos y se marchan sin mayor acompañamiento.
No hay una estrategia visible de integración, apoyo social o generación de empleo para estas personas que, en muchos casos, lo han perdido todo al intentar una nueva vida en el extranjero.
La falta de un plan gubernamental para enfrentar este fenómeno preocupa. Mientras tanto, las relaciones entre Colombia y EE.UU. siguen deteriorándose.
La reciente suspensión del financiamiento para el mantenimiento de helicópteros destinados a la lucha contra el narcotráfico es una señal clara de que el gobierno de Trump no tiene intenciones de suavizar su postura.
Lo cierto es que, con cada vuelo que aterriza, la realidad de los deportados se vuelve más incierta. ¿Seguirá Colombia ignorando esta crisis o reaccionará antes de que el problema se salga de control?
Nos leemos en la próxima entrega.