domingo, 14 de abril de 2024
Cartagena, Colombia.- Cuando uno escucha con atención las discusiones y análisis sobre la crisis mundial de las pensiones entiende que en Colombia no estamos hablando sobre lo que toca.
El problema de fondo no está en si hay uno o dos sistemas. Si es mejor el régimen de prima media o el de ahorro individual. Si es mejor que el Estado maneje el ahorro o si lo hacen los fondos de pensiones.
La solución pasa por analizar, y entender, cómo ha cambiado la composición de la población, cómo ha cambiado el funcionamiento de las empresas y cómo han los hábitos y el comportamiento de la población, especialmente los jovenes.
Hace 50, 40 o 30 años había más jóvenes que viejos. Hace 50, 40 o 30 años la gente se moría más joven.
Hace 50, 40 o 30 años los jóvenes querían ser padres más temprano y tener una familia numerosa. Varios hijos.
Hace 50, 40 o 30 años los jóvenes soñaban con tener un buen empleo para toda la vida y las empresas con tener empleados eficientes y leales también para toda la vida.
Hace 50, 40 o 30 años se creía que para hacer rico había que trabajar con disciplina, ahorrar o invertir en negocios rentables de largo plazo.
Hace 50 40 o 30 años creíamos que había que estudiar, tener una profesión o un oficio respetables. Hablar por lo menos otro idioma. Que esas eran condiciones fundamentales para ascender en la escala social, ser reconocido y respetado. Obtener un buen ingreso. En resumen para eso que llamábamos vivir bien.
La vida laboral hoy
Hoy los jóvenes no quieren tener hijos. Si acaso uno. O dos. Aunque prefieren tener un gato o un perro.
Hoy los jóvenes no quieren un empleo para toda la vida, si no un toque de suerte y que los convierta en millonarios para toda la vida.
Y no encuentran mucha diferencia si lo logran traficando con cocaína, estafando a sus amigos y conocidos o inventando una aplicación como Rappi o UBER.
Creando un algoritmo o un virus que gobierne los computadores e Internet. O algo más fácil y divertido, convertirse en un YouTuber, un Instagramer o un TikToker al que le pagan millones por recomendar la hamburguesa de moda, la mejor manera de peinarse o maquillarse para una fiesta o por bailar y le pagan millones por eso.
Hoy los jóvenes no encuentran empleo porque no hay o porque no quieren.
Alguien me decía en estos días que había visto una estadística según la cual uno de cada cuatro jóvenes menores de 28 años ni estudia, ni trabaja. El 25% de su generación llamada la generación de los Ninis.
Todos quieren ser como Bill Gates o Steve Jobs que cambiaron el mundo y se hicieron multimillonarios siendo bachilleres, pero sin considerar que fueron unos genios ni todos los obstáculos que tuvieron que vencer para lograrlo.
Hoy la vida laboral estable de una persona termina a sus 40 o 45 años porque, nadie sabe con exactitud por qué, las empresas llegaron a la conclusión de que la experiencia no es rentable.
Después de esa edad después cuesta encontrar trabajo. Nadie les da trabajo y entonces tiene que buscar o rebuscar la manera de sostenerse hasta los 57 años si es mujer, o a los 62 años si es hombre a ver si logra una pensión. Cosa bastante difícil en Colombia.
Y, si lo logra, mentalizarse para sobrevivir otros 20 o 30 años con una mesada miserable y sin tener una familia y unos hijos que lo sostengan porque cuando era joven decidió no tenerlos.
Hoy las empresas no soportan un empleado por más de 10 años. La rotación es muy alta.
Hoy hay más viejos que jóvenes y viven más tiempo. La pirámide que permitía que cinco jóvenes trabajaran y cotizaran para sostener a un viejo dio la vuelta. Hoy un joven que cotiza para sostener a cinco viejos.
Así no hay sistema público o privado que resista.
Preguntas en busca de respuestas
¿Gobernantes y legisladores saben eso?
¿ Lo entienden?
¿Les importa?
¿Gobernantes y legisladores, en realidad, quieren solucionar el problema en el largo plazo o prefieren aplicar unos paños de agua tibia que les permita mostrar que algo hicieron y ganar puntos para las próximas elecciones? ¿Van a dejarle el problema a los que vienen.
¿Estamos discutiendo en Colombia sobre lo que toca, sobre lo importante?
¿Son, somos, conscientes de qué los efectos de las decisiones que se tomen hoy se van a sentir dentro de 30 o 40 años cuando nuestros hijos o nietos lleguen a la edad de jubilación?
¿Nos importa? Dolorosamente creo que no.
Creo que el gobierno y el congreso están enfrascados en una discusión irrelevante.
Lo que deberían estar discutiendo es cómo hacer para que los jóvenes de hoy tengan más y mejores empleos, estables y bien remunerados, para que esos jóvenes ahorren hoy para financiar a los jubilados de hoy y del futuro que inevitablemente serán ellos mismos.
Deberíamos estar buscando la fórmula perfecta para hacer que los trabajadores de hoy coticen más, durante más tiempo y de manera regular como lo planteó muy bien, pero tímidamente dadas las circunstancias, en el Congreso de Asofondos el presidente de Porvenir, Miguel Largacha.
El problema, como dirían los chinos, no está en el color del gato sino en su capacidad para cazar ratones.
Los invito a escuchar esta corta entrevista con Miguel Largacha
Y si pueden, y quieren a escuchar atentamente su exposición durante la instalación del Congreso de Asofondos 2024 para entender que la salida a la crisis de las pensiones no pasa por resolver quién gana el pulso entre un Presidente terco que no ve más allá de cuatro años y los administradores de los fondos de pensiones que tienen la obligación de obtener los recursos suficientes para cumplirle a sus clientes y ahorradores durante los próximos 30, 40 o más años.
De lo que se trata es de ponernos de acuerdo antes de que sea demasiado tarde.
Bienvenidos,
